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El premio Innovación Empresarial se entrega a Grupo Lazpiur; el Made in Euskadi, a Irizar e-mobility; y la Euskal Makila, a SMC España. También se otorga una distinción extraordinaria a Elkargi SGR en su 40 aniversario.
La XXIX edición de La Noche de la Empresa Vasca, organizada por la Fundación Empresa Vasca y Sociedad/Gizarte eta Euskal Enpresa Fundazioa con el patrocinio principal de Kutxabank y la colaboración de las empresas Dinof e Inbisa y COPE, ha distinguido la trayectoria empresarial de Aitor Zumarraga Berasaluce, director general del grupo fabricante de tornos CNC CMZ, como Mejor Empresario Vasco 2019.
El Jurado de los premios también destacó el trabajo de Irizar e-mobility, un pionero en la electromovilidad urbana europea, con el premio Made in Euskadi; y del Grupo Lazpiur, especialista en la fabricación de maquinaria especial para electrónica del automóvil y de utillaje para forja, con el galardón Innovación Empresarial. La cuarta distinción de la gala, la Euskal Makila, se entregó a SMC España, integrada en el grupo japonés SMC líder mundial en el campo de la automatización, que el pasado mes de octubre celebró el 30 aniversario de su constitución en Vitoria.
Además, la gala tuvo su prolegómeno en la entrega de un premio extraordinario de la Fundación Empresa Vasca y Sociedad a Elkargi SGR, con motivo de sus 40 años de dinamización de la actividad industrial y de la cultura financiera en las pymes a través del modelo de caución mutua empresarial.
Como es tradicional, las distinciones fueron entregadas por los ganadores de la edición anterior. De esta forma, José Ramón Fernández de Barrena, director general del Grupo Uvesco, entregó a Aitor Zumarraga Berasaluce, director general de Grupo CMZ, la placa que le reconoce como Mejor Empresario Vasco 2019. Adolfo Rebollo, presidente de Ingeteam Power Technology y CEO del Grupo Ingeteam, traspasó el galardón Made in Euskadi a Rafael Sterling, presidente de Irizar e-mobility; y José Jainaga, presidente de Sidenor, cedió el testigo de la Innovación Empresarial a Ander Aramburu, director general del Grupo Lazpiur.
La Noche de la Empresa Vasca, celebrada en el Museo Guggenheim Bilbao, se cerró con la entrega de la ‘Euskal Makila’ a la multinacional SMC España, que estuvo representada por su presidente, Germán Berakoetxea, que recibió la distinción de manos del Diputado General de Álava, Ramiro González. Por su parte, el Premio Extraordinario a Elkargi lo recogió su presidente, Josu Sánchez, de manos de Markel Olano, diputado general de Gipuzkoa.
El Jurado de los premios, presidido por Jesús Alberdi, reconoció los siguientes méritos:
Mejor Empresario Vasco: Aitor Zumarraga Berasaluce: El éxito de la singularidad estratégica en la construcción de Máquinas Herramientas
Aitor Zumarraga (Zaldibar, 1964), junto a su hermano Iñaki, integra la tercera generación de una empresa familiar que ha logrado otro de los pequeños milagros de la industria vasca. En su caso, el logro de que la localidad vizcaína de Zaldibar albergue una empresa de referencia en la fabricación de tornos CNC. Lo realmente sorprendente de esta aventura es que el proyecto CMZ se ha consolidado con una estrategia singular, totalmente diferente a la del sector en producto y mercado. Una apuesta que se ha confirmado con la venta de más de 7.000 máquinas, sólo en Europa, desde el año 2000; y con el desarrollo en 2018-2020 de un intensivo plan de inversiones para elevar la capacidad de construcción integral de sus tornos CNC.
La forja del proyecto CMZ, que fundó su abuelo Florencio en 1945 y continuó su padre Roberto, marcó un cambio radical a finales de la década de los 80 del siglo pasado, coincidiendo prácticamente con la incorporación a la empresa de Iñaki y Aitor, ambos formados como ingenieros en electrónica de potencia en el ICAI de Madrid. Como rememora Aitor, “mi padre había abierto un gran mercado en América, especialmente en México, donde había exportado gran cantidad de máquinas y, además, tenía en fabricación otro gran número”. El primer problema surgió cuando México suspendió pagos, con lo que la cartera de impagados se disparó. El segundo desajuste se produjo por el tipo de producción: tornos convencionales, un producto que ya no había oportunidad de recolocar en Europa.
CMZ, en esas circunstancias, diseño una plan y estrategia a futuro que rompió con todo lo conocido y aplicado en la máquina herramienta vasca. Decidieron especializarse únicamente en la fabricación de tornos CNC; construirlos de forma integral, hasta el último componente crítico; y vender únicamente en el mercado español. Es decir, fabricar de forma seriada los tornos, frente a un modelo de búsqueda de nicho y máquinas especiales para vender en todo el mundo de la inmensa mayoría de fabricantes.
Otro puntal del cambio, antes de entrar en la época del euro y la globalización, se registró en 1998. Constituyeron Mecaninor en Elorrio con la idea de separar el mecanizado del montaje y adoptar las mejores prácticas de calidad en la construcción de las máquinas y también para dar cobertura a la necesidad de incrementar la capacidad de fabricación. Todo el esfuerzo de la década de los noventa afloró en la entrada del nuevo siglo. El salto se produjo cuando sobrepasaron la barrera de los 40 millones de euros de ventas anuales, lo que dinamizó las sinergias internas del grupo industrial.
Una vez consolidada su posición industrial en el mercado interior, optaron por atacar en exclusiva el mercado francés con la creación de una filial en 2004. Dos años después replicaron el modelo en Reino Unido; en 2010 en Alemania; y en 2012, en Italia. “En CMZ decidimos entrar exclusivamente en esos mercados y de forma escalonada. Para ello, creamos filiales propias que se encargan de vender directamente a las empresas y dar el servicio post-venta. Hoy en día, nosotros vendemos prácticamente toda la
producción en esos cinco países y con un reparto equilibrado. Por ejemplo, estamos muy orgullosos de haber conseguido alcanzar unas ventas de 30 millones de euros en Italia en 2019, en prácticamente seis años de actividad”.
Esta escalada en las ventas se respaldó con la potenciación de sus filiales manufactureras. En 2008, acometieron la remodelación integral de la planta de Zaldibar, especializada en montaje. Mecaninor mantuvo su crecimiento con la absorción de naves en el Industrialdea de Elorrio, donde pasó de 1.000 a 4.000 metros cuadrados en tres fases. En esta misma localidad, lanzaron Precitor (2005), especializada en el torneado. En Mallabia, en 2015, constituyeron Seuner, que se convirtió en la segunda planta de montaje del grupo. En 2016, acometieron el proyecto Cafisur, en Cádiz, para fabricar toda la caldedería de sus máquinas; y, finalmente, en Mallabia crearon Neoprec, que servirá para reorganizar todas las actividades de mecanizado del grupo.
Las ideas originales planteadas a finales de los ochenta, un trabajo estajanovista y el conocimiento tecnológico se refrendó en 2019, año que cerraron con unas ventas consolidadas de 80 millones de euros y 325 empleos: “Nos hemos dado cuenta de que con mayores ventas somos más competitivos”. Por ese motivo han desplegado un plan a tres años en el que han fijado el objetivo de facturar 100 millones de euros en los cinco países europeos, alcanzar los 370 empleos y, como “ya seremos mayores”, consolidar el relevo a la cuarta generación de la familia.