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La dirección de la empresa riojana Arisa S.A., dedicada al diseño y fabricación de prensas mecánicas y servoprensas de mediano y gran tonelaje, ha comunicado su integración en Nidec Minster Corporation.
Este fabricante de prensas norteamericano tiene más de 110 años de historia y forma parte de Nidec Group, un gran holding industrial global dentro del cual se encuadran, también, los fabricantes japoneses Shimpo y Kyori. La operación supone la adquisición del 100% de las acciones de la empresa afincada en Logroño.
Ambas compañías reafirman el beneficio muto que reportará el paso dado. “Asegura el soporte humano y financiero que nos permitirá continuar por la senda del crecimiento y expansión global iniciada hace unos años por Arisa, garantizando igualmente que los estándares de desarrollo tecnológico, calidad y servicio que hemos alcanzado a lo largo de nuestros 75 años de andadura en solitario se vean incrementados en el futuro”, opina el CEO de la compañía, Javier Martínez-Aldama.
Y no solo eso. La inclusión en una multinacional facilitará, según el máximo responsable de Arisa, un trampolín idóneo para adentrarse en mercados hasta ahora improbables para la compañía por su dimensión y capacidad de maniobra. “Nidec Minster Corporation nos va a permitir disponer de centros de servicios y asistencia técnica distribuidos por todo el mundo, mejorando así nuestra competitividad, tanto en mercados con fuerte potencial de crecimiento como el asiático o el americano y ante competidores globales de un tamaño varias veces superior al nuestro”, reflexiona Martínez-Aldama.
La estructura de Nidec Minster Corporation confirma ese diagnóstico. Con sede en Ohio, el grupo tiene plantas de fabricación en territorio chino y japonés, así como servicios técnicos en Ningbo (China), Hallblech (Alemania) y Querétaro (México) y oficinas de venta en Centroamérica, Japón, Bélgica, España, China y Brasil.
Los trabadores de Arisa interpretan favorablemente la noticia. “Todo lo que sea crecer es favorable y los 18.000 metros cuadrados de la actual fábrica empiezan a quedarse escasos”, indican los representantes de los trabajadores para destacar cómo la firma ha remontado posiciones hasta el momento actual, con una carga de pedidos que garantiza su actividad de aquí hasta al menos octubre del 2016.
Un poco sobre ARISA
Fundada en 1940 fruto del espíritu emprendedor de Gabriel Aisa y los hermanos Anatolio y Melquiades Ariznavarreta, Arisa es por volumen y trayectoria uno de los iconos del modelo de empresa familiar de raíz riojana que con el tiempo ha ido expandiendo sus límites. Así se visualiza también en los pasos dados por la compañía, que desde las instalaciones donde se fundó en la avenida de Colón de Logroño se trasladó en 19972 al polígono de San Lázaro y, posteriormente, a la planta de avenida de Burgos. Un periplo que, de confirmarse las previsiones de crecimiento, se completará a medio plazo con la mudanza a los terrenos de que dispone en Navarrete.
En ese marco, la compra ahora por parte de un gigante como Nidec Minster Corporation constituye en palabras del director comercial de la compañía, Diego Ariznavarreta, un “paso histórico”. La transición de un modelo familiar y limitado en ciertos aspectos a otro global donde el entramado internacional del grupo de matriz norteamericana abre un extenso haz de opciones comerciales y desarrollo. “Arisa gana de esta manera músculo y competitividad”, resumen Ariznavarreta. “Que en un contexto mundial, Nidec Group haya puesto los ojos en una firma de Logroño es revelador y aporta una concepción estratégica muy interesante”, añade.
La operación cerrada entre ambas partes supone la compra por parte de la multinacional de todo lo que Arisa acumula: su tecnología, su línea de negocio, sus clientes y su ‘know how’. “El tipo de prensas de mediano y gran tonelaje en el que como expertos en una modalidad que ellos no producen, con lo cual amplían su oferta técnica y nosotros nos beneficiados de su infraestructura”, explica el directivo.
Con una fabricación anual entre 15 y 20 piezas, Arisa tiene hasta ahora en Europa su principal mercado con exportaciones también en EEUU, México, Brasil o China, entre otros. En cada uno de los pedidos se pauta un minucioso y exclusivo proceso que arranca con un periodo de desarrollo de tres a cuatro meses. A ellos sigue el acopio de y fabricación de las piezas precisas, el montaje, la puesta en marcha y pruebas pertinentes. El pintado y visto bueno es el colofón de un proceso que concluye con una parte vital: el desmontaje y traslado a su destino final de estos ‘gigantes’ mecánicos.