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La vida moderna ha modificado los hábitos alimenticios. Las costumbres actuales y diferentes factores como el trabajo fuera de casa, los distintos horarios de los miembros de una familia o los hobbies extra laborales han condicionado los patrones alimentarios llevando muchas veces a producir graves deficiencias en la nutrición.
Pero para gozar de buena salud es fundamental llevar a cabo una dieta variada y nutritiva, con cantidades adaptadas para cada persona. En este sentido, los envases metálicos ofrecen la garantía de calidad y las condiciones perfectas para posibilitar la perfecta alimentación: las conservas enlatadas facilitan la incorporación a la dieta de alimentos de todos los grupos en las cantidades adecuadas gracias a sus características.
Los alimentos enlatados destacan por ser frescos y nutritivos y los envases metálicos se distinguen por su versatilidad para envasar todo tipo de productos y por proteger el contenido durante mucho tiempo sin refrigeración.
Frescos, nutritivos y versátiles
Los productos enlatados son absolutamente frescos porque las materias primas se recolectan, se transportan a las fábricas –que se encuentran junto a los campos o a los puertos- se inspeccionan, lavan y enlatan. Entre la cosecha y el enlatado de verduras, por ejemplo, transcurren solamente entre dos y cuatro horas. Van del campo o del mar directamente a la lata.
Otra de las características de los alimentos enlatados es que son nutritivos. Esto es porque durante el tratamiento de conservación no sólo se destruyen las bacterias responsables del deterioro de la comida sino que se eliminan los residuos de pesticidas que a menudo se encuentran en los alimentos frescos. El proceso de enlatado retiene en el interior del envase metálico el aroma, las vitaminas, antioxidantes y nutrientes esenciales, dejando fuera del mismo las impurezas.
Los envases metálicos despuntan también por su versatilidad ya que son el continente perfecto para todo tipo de productos. Facilitan ingerir alimentos de todos los grupos -tanto vegetales como animales- y permiten envasar desde alimentos frescos hasta platos ya elaborados o productos gourmet y delicatessen. Mariscos, frutos secos, pescados, carnes, infusiones... todos los alimentos pueden sacar provecho de los beneficios que brindan los envases metálicos.
Almacenes para el futuro
Pero las propiedades de las latas no se acaban aquí. Los envases metálicos son también extremadamente resistentes, casi indestructibles, y actúan como almacenes de alimentos, capaces de guardar cosechas para su uso en el futuro, en todas las condiciones logísticas y climáticas.
Además, una lata tiene una vida útil inigualable y protege su contenido durante mucho tiempo, sin refrigeración. Alimentos y bebidas en lata han sido claves en el suministro de víveres en situaciones de emergencia en todo el mundo.
Los envases metálicos son claves, por lo tanto, para una alimentación sostenible, no sólo porque ayudan a lograr el equilibrio nutricional individual sino porque contribuyen a reducir la brecha entre los alimentos que se producen y los que se consumen. Las latas ofrecen una solución real a la problemática del desperdicio alimentario.
El enlatado es una de las mejores formas para conservar los alimentos, siendo el envase metálico, con su aportación destacada ante retos clave como el desperdicio alimentario, el reciclaje y la alimentación saludable, un actor respetuoso con el medio ambiente y con las generaciones futuras.