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La reclamación presentada por la industria europea, agrupada en Eurofer, ha motivado que la Comisión Europea anuncie la imposición de medidas provisionales de hasta el 25.2% a las importaciones de chapas de acero inoxidable laminadas en frío, procedentes de China, y de hasta el 12% a las importaciones de Taiwan.
La investigación de la Comisión Europea ha acreditado que las chapas de acero inoxidable laminadas en frío procedentes de ambos países se estaban vendiendo a precios de dumping, causando un considerable perjuicio a los productores europeos de acero inoxidable.
Las importaciones procedentes de China y Taiwan crecieron el 70% entre 2010 y 2013, incrementado su cuota de mercado un 64%, con unos precios inferiores en más del 10% respecto de la media europea, impidiendo a la industria, entre ellas la española, alcanzar niveles razonables de rentabilidad. A lo largo de 2014 esas importaciones aumentaron de forma exponencial, con un crecimiento mayor del 200% y un aumento de su cuota de mercado del 180% respecto el año 2010.
Estas importaciones no han tenido ninguna relación con la realidad del mercado europeo, sino que son consecuencia de la sobrecapacidad instalada por China y en menor medida por Taiwán, que exceden en mucho su consumo interno y que han estado exportando a precios muy bajos. Mientras que la industria europea ha realizado importantes esfuerzos para adaptar su capacidad a la demanda efectiva, China ha continuado subvencionando la instalación de nuevas capacidades que ahora inundan el mercado mundial con precios muy alejados de los costes de producción.
La Comisión Europea continua estudiando, en paralelo, una queja contra las ayudas de estado que China ha concedido a sus empresas siderúrgicas de acero inoxidable y que se substanciará en los próximos meses.
Unesid agradece que las autoridades europeas hayan decidido tomar medidas para evitar el comercio desleal que agrede a la industria europea, poniendo en peligro el empleo y la persistencia misma de la actividad industrial. Europa es el mercado más abierto del mundo, con arancel cero, pero las autoridades europeas deben velar porque el comercio se realice de acuerdo con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Tanto los fabricantes europeos, como los de otros países que están exportando en condiciones normales, pueden garantizar a los consumidores europeos la disponibilidad de acero inoxidable sin ningún problema.