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Entrevista a José Miguel Guerrero, presidente de Confemetal.
José Miguel Guerrero ejerce la presidencia de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal), desde enero de 2018, cuando sustituyó a Antonio Garamendi, actual presidente de la CEOE. En abril de 2019 ganó las elecciones y confirmó su cargo. Guerrero, nacido en León en 1956, conoce muy bien el sector del metal, ya que es un empresario con una experiencia de más de 30 años y presidió la Asociación de Empresas del Metal de Madrid (AECIM) durante 18 años. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, es Mediador Mercantil y PDG por el IESE. Además, es presidente y consejero delegado de Solventia Solutions y de Tague Consulting.
¿Cómo valora los más de dos años que lleva como presidente de Confemetal? ¿Qué objetivos tiene hasta el final de su mandato?
La valoración del tiempo que llevo ejerciendo como Presidente es muy positiva. En este tiempo he podido comprobar la capacidad del equipo humano, que a mi juicio, es de un alto nivel, así como la complicidad permanente que tenemos con nuestras Organizaciones Asociadas, tanto Territoriales como Sectoriales, en un objetivo común que es la defensa de los intereses sectoriales y el apoyo a las empresas en estos tiempos difíciles y de tránsito hacia un mundo en cambio permanente que exige una gestión adecuada a los tiempos y circunstancias que estamos viviendo.
En cuanto a los objetivos para el resto de mandato, sería muy extenso exponer todos ya que son muy numerosos pero sí me gustaría destacar alguno de ellos como por ejemplo: Posicionar a Confemetal en la esfera pública como Organización de referencia en el ámbito industrial y en el liderazgo del cambio de modelo productivo; Mejorar la formación de los trabajadores del sector a través de un Plan sectorial de formación; Potenciar nuestra presencia en la UE; Impulsar la aprobación de un Reglamento sancionador que garantice el cumplimiento de la Ley de Morosidad y en general contribuir a impulsar medidas que ayuden a mejorar la productividad y competitividad de nuestras empresas, así como a afrontar el cambio hacia un mundo digitalizado.
¿En qué momento se encontraba el sector del metal en España antes de la crisis de la COVID-19?
Hasta febrero, el índice de producción del Metal crecía un 0,6 por ciento lo que suponía una deceleración respecto al 1,4 por ciento registrado un año antes. Por ramas de actividad, evolucionaban positivamente la fabricación de material y equipos eléctricos y la fabricación de productos informáticos, electrónicos y ópticos, en contraste con la mala evolución de la fabricación de otro material de transporte y fabricación de productos metálicos.
Sin embargo, en esos meses previos a la crisis sanitaria el Índice de Cifra de Negocios de la Industria del Metal registró un retroceso del 1,3 por ciento frente al crecimiento del 2,9 por ciento del mismo periodo de 2019. Esa evolución de la cifra de negocios era positiva en la fabricación de productos informáticos, electrónicos y ópticos y negativa en la fabricación de otro material de Transporte, metalurgia y fabricación de productos de hierro, acero y ferroaleaciones.
En lo que se refiere al mercado laboral, en el primer trimestre de 2020 la tasa de paro en el sector alcanzaba el 5 por ciento, con una cifra de 1.016.900 ocupados, un 1,6 por ciento más que el mismo trimestre del año anterior, y 53.200 parados, un 7,6 por ciento menos.
Venimos de un año 2019 en el que hubo una leve desaceleración. ¿Qué sectores se comportaron mejor en 2019? ¿Y cuáles decrecieron?
En 2019, por ramas de actividad, mejoraron la producción en los segmentos de fabricación de productos informáticos, electrónicos y ópticos, la fabricación de productos metálicos y fabricación de vehículos a motor, remolques y semirremolques, y registraron malos resultados la siderurgia y fabricación de productos del hierro, acero y ferroaleaciones.
En lo que se refiere al comercio exterior, el déficit comercial aumentó un 13,2 por ciento, hasta alcanzar los 10.650 millones de euros, con incrementos del 1,1 por ciento en las exportaciones y del 2 por ciento de las importaciones. Por tipos de bienes, disminuyeron las exportaciones de metales comunes y sus manufacturas, y crecieron las de maquinaria, aparatos y material eléctrico, las de material de transporte y las de instrumentos mecánicos de precisión.
Y en marzo de 2020 llega la crisis del coronavirus. Nadie se esperaba algo así, ¿cómo está afectando al sector?
La crisis sanitaria desatada en marzo como consecuencia del coronavirus y sus gravísimos efectos económicos ha situado a las empresas del metal, al margen de la heterogeneidad del propio sector que determina diferentes grados de afectación, en una situación de crisis económica sin precedentes.
Se han deteriorado la actividad productiva en industria, comercio y servicios, la facturación, la entrada de pedidos y el empleo, pero sobre todo se han quebrado las expectativas, la confianza, lo que está suponiendo la falta de proyectos y de inversión cuyos efectos se prolongarán mucho tiempo.
¿Qué ha supuesto para Confemetal y sus empresas asociadas esta crisis?
Para Confemetal, como organización, la crisis ha supuesto y está suponiendo elevar el nivel de exigencia en su función de defensa y representación de las organizaciones y empresas del sector que se han visto sometidas a la peor situación en muchas décadas. Pero también es cierto que la gravedad de la situación ha permitido sacar a la luz la capacidad de reacción y la potencia de un sector que está siendo clave durante la crisis y lo va a ser para la reactivación
¿Han estado trabajando durante el Estado de Alarma?
Confemetal no solo ha seguido trabajando durante la crisis, si no que ha multiplicado su actividad, facilitando continua y completa información a las distintas organizaciones y asociaciones, informando de la profusa legislación que el Gobierno iba estableciendo, aclarando e interpretando, dudas, identificando incidencias en la actividad y en las cadenas de suministro, definiendo y proponiendo medidas y acciones para proteger y recuperar la actividad y orientando a las organizaciones miembro en cuestiones sanitarias y preventivas en los momentos más complicados de la crisis.
¿Qué sectores industriales están sufriendo más esta crisis?
Como le decía, la heterogeneidad del Sector implica distintos grados de afectación y en algunos casos consecuencias a más largo plazo. Así, las consecuencias de esta crisis económica serán asimétricas pero severas para los distintos sectores.
La Industria será uno de los sectores más afectados por el parón por la caída del consumo y la inversión. Los servicios se están viendo muy afectados por el parón de otros sectores como el Turismo, y el Comercio no podrá recuperarse mientras no lo haga el empleo. Además, al ser está una crisis absolutamente global, los mercados exteriores no serán el refugio y la palanca de reactivación que supusieron en la anterior crisis.
¿Han calculado cuándo se podrá revertir esta situación de crisis?
El grado de incertidumbre actual no permite un cálculo realista. Será preciso adoptar medidas adicionales eficaces para el restablecimiento de la normalidad y la competitividad de las empresas a medida que se vaya retomando la actividad y se estabilice el nuevo contexto económico. La actividad económica, como toda la actividad humana, se basa en la confianza y la seguridad, y hoy por hoy no tenemos niveles suficientes ni de una ni de otra.
¿Consideran importante invertir en industria en España?
Es más que importante, es el único camino para una recuperación firme tras esta crisis y para definir un modelo productivo de futuro. La industria es la única base sólida para una economía competitiva capaz de sostener un estado del bienestar como el que exige la sociedad española.
No hay mejor forma de reforzar una economía, ampliar los derechos sociales, responder a los retos globales de sostenibilidad y asegurar el estado del bienestar que favoreciendo la actividad industrial.
La transformación digital y la fabricación avanzada pueden ayudar a que la industria salga reforzada de esta situación ¿De qué manera?
La actual crisis ha venido a precipitar un cambio de modelo productivo que ya estaba en marcha. El universo digital y las nuevas tecnologías de fabricación va a ser determinantes para definir las estrategias de las empresas y asegurar sus posibilidades de éxito y un factor cada vez más decisivo para la atracción de inversiones y de talento. Incorporarse a esas corrientes no es opcional porque va a determinar la propia supervivencia de las empresas.
¿Qué medidas principales han solicitado al Gobierno de España?
Desde el principio de la crisis hace ya casi medio año, desde Confemetal hemos insistido de demandar un Plan Global de Reindustrialización que relance la industria como eje esencial del crecimiento económico y de la generación de empleo de calidad.
Pero también hemos solicitado y los seguimos haciendo, seguridad jurídica, simplificación de procedimientos y coordinación en el seno de la Administración General del Estado y entre Comunidades Autónomas, refuerzo del dialogo social como eje central de un plan global de reestructuración económica y laboral, coordinación en el marco de la Unión Europea y un dialogo permanente de los agentes sociales para reevaluar las medidas que faciliten, más allá de la salida de la crisis sanitaria, la salida de la profunda crisis económica a la que nos enfrentamos.
¿Qué opina de las ayudas que ha aprobado la Unión Europea, el llamado gran pacto para la recuperación?
Las medidas son sustancialmente buenas y la movilización de fondos será muy útil siempre que sea rápida y eficiente, porque se corre el riesgo de que las ayudas lleguen para unas empresas y unos sectores ya desaparecidos. Estas ayudas tienen un origen lejano al tejido productivo, muy especialmente al que constituyen las Pymes, y un entramado burocrático que supone el mayor obstáculo a su eficiencia.
¿Cómo apoyan desde Confemetal la investigación, el desarrollo y la innovación en el sector?
Desde Confemetal, defendemos que un sector industrial sólido, competitivo y capaz de aportar gran valor añadido pasa por un enfoque estratégico de la I+D+i.
Trabajamos, ante todos los actores implicados, para impulsar el cambio de orientación que permita adecuar el marco de la investigación a las necesidades de una amplísima gama de Pymes industriales que, a pesar de tener capacidad técnica para ello, chocan contra la regulación, la fiscalidad o la incomunicación y el aislamiento entre la comunidad investigadora y las empresas industriales que deben llevar a la sociedad sus hallazgos y desarrollos. Es necesario que el esfuerzo en investigación se traduzca realmente en tecnologías innovadoras que lleguen al mercado en forma de productos y servicios.
¿Qué actividades realizan desde la Fundación Confemetal?
La Fundación Confemetal, creada en 1985 como una fundación laboral sin ánimo de lucro, tiene principal objetivo prestar servicios a las empresas y sus trabajadores, fundamentalmente en el campo de la formación y las nuevas tecnologías, y la edición de libros y manuales formativos a través de FC Editorial.
Sus actividades abarcan todas las áreas, departamentos funcionales y categorías profesionales de los trabajadores en las empresas. En 35 años de actividad ha realizado más de 21.000 acciones formativas en las que han participado más de 400.000 trabajadores, y unos 750 proyectos de desarrollo de material formativo, asesoría o estudios.