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La secuencia industrial de “ideación, diseño, prototipado y fabricación” debe evolucionar hacia un proceso más ágil y dinámico.
Un artículo de Carlos Gallego, Managing Director de Industry X.0 de Accenture.
La industria X.0 conlleva una serie de cambios disruptivos en los modelos productivos y empresariales. Nuestros estudios recientes confirman que, en menor o mayor medida, las empresas manufactureras españolas están incorporando nuevas capacidades tecnológicas que están suponiendo cambios en sus procesos, con cierto impacto en su cuenta de resultados.
Sin embargo, el alcance de la transformación digital en la industria debería ir más allá de mejoras en procesos. La digitalización real de la industria manufacturera debería pasar por la transformación de los modelos de negocio, reinventando cómo se diseñan y fabrican los productos, así como sus prestaciones para mejorar la experiencia de sus usuarios.
No se trata simplemente de poner inteligencia a los productos existentes. Se trata de usar tecnología disruptiva para crear nuevas experiencias en el usuario final, lo que implica transformar toda la cadena de valor que hay detrás. Es lo que, desde Accenture, denominamos “la economía de la experiencia”.
Flexibilidad y agilidad bien combinadas
Reinventar un producto o un servicio y hacerlo inteligente, o bien crear uno nuevo, supone un impacto diferencial en las compañías. Sin embargo, este proceso no se puede llevar a cabo sin antes desarrollar capacidades digitales, como el diseño “agile”, la analítica de datos, la ciberseguridad… que pasan entonces a ser consideradas como clave.
La clásica secuencia industrial de “ideación, diseño, prototipado y fabricación” debe evolucionar hacia un proceso más ágil y dinámico, que provoque una rápida respuesta a las necesidades del mercado.
En este contexto, es importante pensar cómo vamos a integrar el ciclo de vida de los nuevos productos inteligentes con los procesos ya existentes y poder materializar unos resultados tangibles y duraderos en el tiempo. Los productos conectados son dispositivos que recogen datos y también los generan con su uso. Analizar estos datos es vital para entender el uso que está teniendo el producto y el comportamiento de los clientes. Solo así, podremos mejorar de forma continua la experiencia del usuario.
Los usuarios demandan innovación y adaptabilidad de sus dispositivos. La implementación de procesos “agile” de ingeniería basados en herramientas digitales (big data, gemelo digital, …) es crucial, pues asegura la incorporación continua de mejoras en los productos. Los enfoques “agile” son, en esencia, una forma de micro prueba y error: sprints rápidos dirigidos por la retroalimentación continua del mercado.
Las herramientas que dan visibilidad y continuidad “extremo a extremo” permiten una trazabilidad total de la vida del producto, desde su creación hasta su sustitución más allá de la propia vida útil en el cliente, realimentando sus procesos de diseño, fabricación y mantenimiento.
En este contexto, la seguridad del dato es una de las mayores preocupaciones de cualquier compañía fabricante de productos inteligentes, ya que muchos de estos datos son parte de su propiedad intelectual. Es claro entonces que la ciberseguridad industrial pasa a ser una de las capacidades imprescindibles a incorporar tanto en los propios dispositivos, como en sus procesos productivos.
Plataformas y ecosistemas
Algunos productos inteligentes conectados funcionarán como plataformas. Pero para crear y operar una plataforma exitosa, las compañías deben dominar el arte de construir y orquestar ecosistemas que soporten dichas plataformas. Esto implica identificar socios que puedan contribuir con tecnologías, datos o elementos de servicio para aumentar el valor y la experiencia del producto inteligente. Estos entornos, interconectados, permitirán a las empresas aprovechar plenamente las ventajas de la transformación digital.
Encontrar el equilibrio adecuado es vital en el camino hacia el éxito en la transformación digital y en el desarrollo de nuevos modelos de negocio. Las empresas fabricantes de productos deben decidir cómo y cuánto invertir en el negocio tradicional, mientras se amplían las nuevas líneas de productos. De modo que la propia transformación de los negocios “core” pueda liberar eficiencias que estaban ocultas y utilizar este excedente para impulsar “lo nuevo”. Es lo que llamamos el “giro inteligente”.
Una forma de acelerar el cambio es mediante la creación de una factoría de servicios digitales: un centro de innovación de productos y experiencia que contenga todas las habilidades y capacidades digitales requeridas.
esde nuestro Centro de Innovación de Industria X.0 en Bilbao acompañamos a las empresas en su camino hacia la verdadera transformación a lo nuevo, ayudándolas a implementar estas “Factorías de Servicios Digitales”, co-creando con ellas y con el ecosistema en la búsqueda de soluciones innovadoras apoyadas en las tecnologías más disruptivas.